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Milagros Valdés, pionera de las editoras culturales y de la programación infantil | Cultura

La reciente muerte en Madrid de Milagros Valdés Domínguez-Macaya, a los 81 años, deja un singular hueco en la historia de la prensa cultural española. En ella, destacó como innovadora de la programación infantil y como editora-directora de revistas y medios culturales críticos contra el franquismo en la última fase del régimen.

Nacida en Madrid en noviembre de 1939 en el seno de una acomodada familia andaluza vinculada al carlismo, Milagros era hija de Joaquín Valdés Sancho, primer director del diario El Alcázar y futuro propietario de Gráficas Espejo, titular de las cabeceras Díez Minutos y El Europeo, entre otras.

De niña, estudió en el madrileño colegio de la Asunción, para iniciar posteriormente la carrera de Derecho, a contracorriente de la conducta habitual de las jóvenes españolas de su edad y posición social, relegadas al ámbito doméstico. Antes de concluir sus estudios, contrajo matrimonio con Alfredo Zavala, miembro de una familia de altos funcionarios vinculada asimismo al sector del papel prensa. Con su esposo tuvo dos hijas y dos hijos.

Inmersa en el mundo de los medios de comunicación, abiertamente enfrentada a las convenciones sociales reaccionarias de la alta burguesía madrileña, militaría en el clandestino Partido Comunista de España. En el bostoniano Instituto universitario Miguel Angel, se licenciaría en Psicología, estudios de los que extrajo un potente impulso transformador de la educación de la infancia, que aplicaría a sus ulteriores cometidos profesionales. Al poco, ingresó en Televisión Española, a la sazón dirigida por Juan José Rosón. Allí, Milagros Valdés puso en antena el programa infantil Un globo, dos globos, tres globos… que modificó rotundamente los formatos y contenidos tradicionales de la programación de televisión para niños; hasta entonces, se habían visto signados por el paternalismo y la pasividad. En un sentido transformador, dio luz verde a la emisión de la serie sueca Pippi Calzaslargas, auténtica innovación en el ocio de los niños, en clave progresista relativa a la autoconstrucción de la individualidad y de la sociabilidad infantiles.

Su carrera en TVE se vio truncada por su adhesión a la huelga de actrices y actores de mediados los años setenta que, pese a las adversas condiciones represivas impuestas por el franquismo, paralizó el mundo del espectáculo por primera vez.

Tras su expulsión de la televisión estatal por razón de su militancia política y solidaria, desde la empresa editorial de su padre transformaría la revista económico-politica El Europeo en una publicación cultural de gran formato, de muy cuidada impresión y selectos contenidos, en la línea de los grandes magazines culturales europeos, señaladamente franceses, bien que ideada por ella desde una concepción innovadora y avanzada. En El Europeo Cultural, el glamour adquiriría una dimensión superadora de las añejas costumbres vigentes y en los caducos estilos de vida en la España franquista de entonces.

Tiempo después, Milagros Valdés se integraría en el Consejo Editorial de G&J, donde desplegó una ingente tarea directiva como editora y supervisora de numerosas publicaciones. Obra suya fue la revista Gala, que dirigió y desde la que se propuso disputar la hegemonía de las denominadas “revistas del corazón” a la revista Hola, cuyo propietario litigó con éxito contra ella, su potencial rival, ya que incorporaba concepciones distintas sobre este género periodístico. Todo ello sobrevenía al calor de los profundos cambios sociopolíticos registrados en el seno de la sociedad española merced a las movilizaciones obreras, estudiantiles y vecinales que preludiaron la Transición de la dictadura a la democracia.

Tras su separación de Alfredo Zavala, unió su vida el escritor y editor Alberto Méndez, autor de Los girasoles ciegos, novela que adquirirla un extraordinario éxito editorial tras la muerte de su autor.

Lectora impenitente, con profunda sensibilidad ecológica y un alto sentido de la amistad al decir de su amiga y colaboradora la periodista Mara Malibrán, que la compara con Carmen Díez de Rivera, Milagros Valdés se vio dotada de un sentido rompedor de inercias y convenciones sociales. Formó parte de un reducido grupo de mujeres de la alta burguesía ilustrada madrileña que, valientemente, hicieron una arriesgada apuesta ideológica y profesional por la democracia y la emancipacion femenina, pagando por ello un alto precio personal.

Su muerte le sobrevino en Madrid el pasado 13 de enero, tras padecer alzhéimer durante los cinco últimos años de su vida.

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By Xilda Borrego Nino

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