Taylor Swift se convierte en leyenda de los Grammy: es la única artista que consigue cuatro veces el premio gordo, Álbum del Año. En la 66ª edición de los galardones más importantes de la música se lo llevó por su trabajo de 2022, Midnights. Así superó a Frank Sinatra, Paul Simon y Stevie Wonder, que suman tres. La cantante aprovechó la ceremonia para decir que lanzará un nuevo disco en abril, porque el departamento de marketing de la mayor estrella actual del pop no descansa. Por una cosa y por la otra, Swift nuevamente fue la protagonista de unos premios muy femeninos que entregaron los otros dos galardones importantes a Miley Cyrus (Grabación del Año por Flowers) y Billie Eilish (Canción de Año por What Was I Made For?). La derrotada fue SZA, que partía con las máximas nominaciones (nueve) y solo se llevó tres, ninguno de los importantes. Tres también alcanzó el trío femenino de rock boygenius. Fue una ceremonia que se hizo larga (tres horas y media) presentada por el cómico Trevor Noah, que tuvo momentos de chistes brillantes, y que se celebró, la madrugada del domingo 4 al lunes 5 hora española (retransmitido por Movistar Plus), en el Crypto.com Arena de Los Ángeles. Estos fueron los momentos más destacados.
La voz penetrante de Tracy Chapman
Vestida con camisa negra, con una pequeña guitarra acústica, con el cabello canoso. Discreta, sinuosa. Tracy Chapman fue una de las sorpresas de la noche, porque no estaba anunciada. Actuó como invitada de Luke Combs, que ha convertido su versión de Fast Car, tema de Chapman de 1988, en un éxito de hoy. En cuanto que la artista se puso a cantar, con esa voz penetrante tan inconfundible, Taylor Swift se levantó de su asiento y comenzó a vocalizar la letra. Estuvo así toda la canción la reina del pop. A Chapman y Combs la interpretación les quedó hermosa. Chapman salió de los focos hace décadas y solo se la puede vez en un escenario en contadas ocasiones. En los Grammy se la disfrutó a tope.
Dua Lipa y Miley Cyrus recuerdan la fiebre de la música disco
La música disco setentera lleva años de vuelta. En los Grammy lo recordaron Dua Lipa y Miley Cyrus. La primera abrió la noche con seis minutos de música de bolas de espejitos donde fusionó Training Season, Houdini y alguna pincelada de Dance the Night. Imperial, Lipa salió con un corsé de cuero negro, utilizó varias escenografías y cantó y bailó de maravilla. Si alguien encuentra algún defecto en ella que lo diga: será noticia. Miley Cyrus apostó por Flowers con esa voz áspera tan personal. Estuvo muy cómoda la estadounidense, gustándose e improvisando y cambiando parte de la letra. Al final, lanzó el micrófono con su pie al suelo (crack) y se despidió en plan punk.
El oportunismo de Taylor Swift
Los/as swifties llevaban todo el día analizando las señales que les lanzaba la estrella desde sus cuentas en redes sociales. La teoría más aceptada era que Taylor Swift anunciaría cuando recogiera alguno de sus seis premios (así de claro estaba que iba a ganar) la fecha de la edición de la regrabación de Reputation, su disco de 2017. Pero no, la noticia fue de más calado: Swift informó, mientras recibía el Grammy a mejor Álbum Pop, de la edición de un nuevo trabajo, titulado The Tortured Poets Department (El departamento de poetas torturados), que se editará el 19 abril. También dijo que ya se podía ver la portada en sus cuentas sociales. Algunos pensarán que utilizar una ceremonia de los Grammy para hacer promoción de tu nuevo disco no es muy elegante. Y tendrán razón.
Un ángel llamado Joni Mitchell
Meryl Streep lloraba, Olivia Rodrigo también… Cuando terminó, todo el local se puso en pie y otorgó la mayor ovación de la gala. En una noche memorable para las mujeres en la música todas sabían que si estaban allí (Taylor Swift, Rodrigo, Miley Cyrus, SZA…) era por la primera que se arriesgó: Joni Mitchell. Con una boina, unas trenzas blancas cayéndole sobre los hombros, un bastón en la mano y sentada en una silla señorial, Mitchell se puso a cantar y todo el mundo creyó que había tomado un ángel el escenario. Era la primera vez que la canadiense, una artista cuya influencia muchos comparan con la de Bob Dylan, actuaba en los Grammy, una institución que ayer le concedió su galardón número 10, a Mejor Álbum Folk por Joni Mitchell at Newport. En 2015 sufrió un aneurisma cerebral del que se ha recuperado lentamente y desde hace un par de temporadas viene regalando contadas y exquisitas actuaciones. Fue extraordinario tenerla en el escenario a sus 80 años interpretando todavía con una voz vibrante Both Sides Now. “He mirado a la vida desde ambos lados, del ganador y perdedor”, cantó Mitchell como un resumen de una vida plena. Al final de su actuación y mientras recibía la ovación de la noche, le salió una sonrisa sincera. Después de su presencia ya todo daba igual.
Íntima Billie Eilish y vestida de ‘Barbie’
Todo lo contrario a la marcha de Dua Lipa y Miley Cyrus fue la comparecencia de Billie Eilish. Actuó sentada, con su hermano Finneas al piano y con unas violinistas rodeándolos. Escenificó What Was I Made For?, el tema de la banda sonora de Barbie que se llevó el premio a la Canción del Año y que está nominado al Oscar. Y como siempre, Eilish parece que interpreta como si se enfrentase a la canción de su vida. Con los ojos cerrados, casi susurrando, la cantante llenó de emoción el Crypto.com Arena de Los Ángeles.
La sangre de Olivia Rodrigo
Qué canción Vampire, cuántas cosas pasan en tres minutos y medio, desde el inició ensimismado a su acelerada parte final. Olivia Rodrigo interpretó su éxito vestida de raso largo rojo. Llenó de sangre el escenario, incluidas partes de su cuerpo. No necesitó moverse de su sitio: su portento de voz y una canción tan buena no precisan de nada más.
La frialdad de U2
Lo de U2 fue extraño, porque el grupo irlandés quiso actuar desde el local donde intenta enderezar su carrera (zarandeada en los últimos tiempos sobre todo por la crítica) gracias a una residencia de conciertos, la Esfera de Las Vegas. Interpretó Atomic City, su nuevo tema, editado en septiembre. Fue como ver un videoclip. Todo frío y artificial.
La reaparición de Céline Dion
El premio más importante, el último de la noche, al Álbum del Año, lo presentó Céline Dion. Fue una asistencia inesperada porque la cantante canadiense se retiró de la vida pública después de informar de que sufre una enfermedad rara, el síndrome de la persona rígida. “Cuando digo que estoy feliz de estar aquí lo digo desde el corazón”, señaló la cantante. “Os quiero, qué guapos sois”, añadió. Habló poco, pero su comparecencia conmovió en el final de la gala.
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