Estados Unidos —el primer responsable histórico del cambio climático— y China —que en estos momentos es el mayor emisor de gases de efecto invernadero del planeta— han recuperado plenamente el diálogo en materia de lucha contra el calentamiento global. Lo han hecho con una declaración difundida horas antes de la reunión de este miércoles en San Francisco entre el presidente de EE UU, Joe Biden, y el de China, Xi Jinping. Ambos países sostienen que tienen la intención de “acelerar” el despliegue de la energía renovable durante esta década para impulsar “la sustitución de la generación de carbón, petróleo y gas”. El objetivo es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, los responsables del cambio climático, para que alcancen su pico durante esta década. Además, reafirman su apoyo a que de la cumbre del clima de Dubái, la COP28, que arranca el 30 de noviembre, salga el compromiso de que la potencia renovable mundial se triplique de aquí a 2030.
Aunque la declaración no establece metas concretas, lo que hagan ambas potencias es básico para el devenir en los próximos años de la crisis climática que ya golpea el planeta. Porque ambas acumulan alrededor del 38% de todos los gases de efecto invernadero que expulsa la economía mundial y porque sus políticas arrastran a otros muchos países. En la declaración difundida por el Departamento de Estado de EE UU el martes se anuncia que ambas naciones ponen en marcha un grupo de trabajo para acelerar la acción climática durante esta década. Y que, durante la COP28 de Dubái, impulsarán la celebración de una minicumbre sobre el metano, un potente gas de efecto invernadero muy vinculado a la ganadería y a la industria de los combustibles fósiles.
Pero el gas que siempre está en el centro de las negociaciones climáticas es el dióxido de carbono, el principal de todos los de efecto invernadero. En la declaración conjunta de EE UU y China se adelanta que en los próximos planes climáticos, que deberán presentar ante la ONU en 2025, ambas potencias incluirán no solo compromisos respecto al CO₂, sino sobre todos los gases de efecto invernadero. Esto es importante porque, hasta ahora, las promesas climáticas de China solo habían incluido al dióxido de carbono y dejado fuera el resto de gases que también contribuyen a sobrecalentar el planeta cuando se acumulan en la atmósfera.
“Esta declaración confirma que Estados Unidos y China han reiniciado sus esfuerzos colectivos para combatir la crisis climática después de una pausa de meses”, ha valorado David Waskow, director internacional del área de clima del Instituto de Recursos Mundiales. “Como los dos mayores emisores del mundo, Estados Unidos y China tienen la responsabilidad única de acelerar la acción climática”, recalca este experto, para quien la parte más llamativa del texto es “el compromiso de los dos países de incluir todas las emisiones de gases de efecto invernadero, incluido el metano, en sus próximos planes climáticos nacionales”. “Este anuncio es un paso importante porque China es el mayor emisor de metano del mundo y las acciones serias para frenar este gas son esenciales para frenar el calentamiento global a corto plazo”, opina Waskow.
Concentraciones récord
Tres son los gases de efecto invernadero que más preocupan en la lucha contra el cambio climático. El CO₂, el metano y el óxido nitroso. Aproximadamente el 64% del calentamiento actual del clima se debe al dióxido de carbono que se ha acumulado en la atmósfera. Este gas siempre ha estado presente en la atmósfera y ha hecho que el planeta sea habitable. Pero a partir de la Revolución Industrial el ser humano empezó a basar su desarrollo económico en los combustibles fósiles, que al quemarse para producir energía liberan el carbono que almacenan. Este se acumula en gran parte en la atmósfera incrementando el efecto invernadero y las temperaturas.
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Este miércoles la Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha hecho público el balance anual de la concentración de los principales gases de efecto invernadero en la atmósfera, que han vuelto a marcar un récord histórico. En el caso del CO₂, hay que retroceder entre tres y cinco millones de años para encontrar una acumulación como la de ahora, ha explicado la OMM. Y en ese momento la temperatura del planeta era entre dos y tres grados más cálida que ahora y el nivel del mar entre 10 y 20 metros mayor.
El segundo de estos gases es el metano, que es responsable de alrededor del 16% del calentamiento actual. También está en niveles récord nunca vistos por el ser humano. “Aproximadamente el 40% del metano es emitido a la atmósfera por fuentes naturales (por ejemplo, humedales), y alrededor del 60% proviene de fuentes antropogénicas (por ejemplo, rumiantes, cultivo de arroz, explotación de combustibles fósiles, vertederos y quema de biomasa)”, indica la OMM. El tercer invitado en esta historia es el óxido nitroso, otro potente gas de efecto invernadero que además agota la capa de ozono y que es responsable de alrededor del 7% del calentamiento actual, siempre según los datos facilitados por la Organización Meteorológica Mundial. También está en niveles récord y aproximadamente un 40% es de origen antropogénico (como la quema de biomasa y el uso de fertilizantes).
Estos tres gases se mencionan en la declaración conjunta de China y Estados Unidos. Este texto, que tiene un importante valor en un contexto de tensiones entre ambas potencias, es fruto del trabajo del enviado presidencial especial de Estados Unidos para el clima, John Kerry, y el enviado especial de China para el cambio climático, Xie Zhenhua, que en los últimos meses han mantenido varias reuniones. Estos políticos son dos viejos conocidos ya de las negociaciones climáticas. Ambos tuvieron un papel fundamental en la firma del Acuerdo de París en 2015. Y en los momentos más tensos entre ambos países han seguido manteniendo los contactos, como ocurrió, por ejemplo, en la cumbre del clima de 2021, celebrada en Glasgow, cuando cerraron también un acuerdo de colaboración pese a las tensiones entre los dos países.
La declaración hecha pública ahora llega muy próxima a la cumbre de Dubái, que se prevé difícil. Esa cita seguramente se cierre con el llamamiento para triplicar la potencia renovable mundial esta década. Pero los problemas surgirán cuando se pretenda hacer referencias al fin del uso de los combustibles fósiles. En el texto de China y EE UU se menciona el objetivo de impulsar las renovables para acelerar la “sustitución de la generación de carbón, petróleo y gas”. Aunque es ya un avance, no hay mucha concreción y deja el campo de batalla abierto para la cita de Dubái, donde estarán los representantes de los casi 200 países que participan en las negociaciones sobre cambio climático.
También es muy probable que en la cumbre se hable mucho de la captura y almacenaje del dióxido de carbono, para evitar que las emisiones acaben en la atmósfera. Esta es una vía de escape para el sector de los combustibles fósiles; pero esta tecnología, además de cara, no termina de despegar. China y EE UU, en su declaración de este martes, han sostenido que se han fijado como objetivo “avanzar en al menos cinco proyectos de cooperación a gran escala para la captura y el almacenamiento de carbono” durante esta década para actividades industriales y energéticas. En cualquier caso, Waskow, del Instituto de Recursos Mundiales, acota: “si bien es probable que la tecnología de captura de carbono sea necesaria para descarbonizar algunos procesos industriales, como la producción de cemento, constituirá solo una pequeña parte de las reducciones totales de emisiones necesarias para mantener nuestros objetivos climáticos”.
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