Ana Redondo García (Valladolid, 57 años) iba en un tren cuando le sonó el móvil. Volvía a casa tras un fin de semana en Toledo y se le heló “un poquito” la sangre. Pedro Sánchez quería hablar con ella: iba a ofrecerle ser ministra de Igualdad. Esta Doctora en Derecho Constitucional y profesora en la Universidad de Valladolid había vuelto en septiembre a dar clases y para ella la sorpresa fue la misma que para el movimiento feminista, donde era una desconocida. No para el colectivo LGTBI, del que sí ha estado cerca en los lugares políticos y culturales por los que ha pasado en Castilla y León. Es consciente de que el ministerio que hoy ocupa provocó varios terremotos en la anterior coalición de Gobierno, y en el movimiento feminista, dividido desde hace dos años. Lo cuenta en la primera entrevista que da como ministra, en su despacho en el Ministerio, un edificio al que aún se está haciendo, como al foco y al flas, y a su cargo.
Pregunta. Muchos interpretaron que con su nombramiento se quiso dar un perfil más apaciguador en una cartera que causó muchos conflictos en la anterior legislatura.
Respuesta. Sí, creo que en buena medida estoy aquí para intentar recomponer el movimiento feminista e integrar todas las voces que en algún momento no se vieron integradas. Mi compromiso es reconstruir y recomponer.
P. El detonante de la división del movimiento feminista fue en parte la incorporación de la agenda trans a la del movimiento. ¿Cuál es su posición? ¿Piensa, igual que otras socialistas como Carmen Calvo, que eso supone un borrado de las mujeres?
R. El movimiento feminista siempre ha incorporado minorías y sensibilidades y no son incompatibles en absoluto. En el Ministerio de Igualdad caben todas las sensibilidades, determinaciones de género y miembros del colectivo LGTBI+, porque evidentemente es un Ministerio de Igualdad y para la igualdad. Yo no entendería otra cosa ni desde luego creo que se pueda trabajar sin esa vocación.
P. ¿Y el nombramiento de Isabel García como directora del Instituto de las Mujeres? Se posicionó en contra de la inclusión de las mujeres trans, alegando que no son mujeres. ¿Qué opina? ¿Ha hablado con ella?
R. Sí, he hablado con ella. En primer lugar, fue consciente y pidió disculpas. Y una cosa que quiero explicar: cuando pensé en Isabel pensé en su currículum profesional y en su bagaje histórico y vital. Ha tenido responsabilidades importantes en materia de igualdad, tanto en el partido como fuera, y un bagaje de empresa privada, y no consideré el currículum digital. Otra cosa que me parece muy importante es que ella se incorpora a un equipo que tiene un objetivo claro y es intentar recomponer el movimiento, aunar frente a una derecha y una ultraderecha realmente duras que están imponiendo una agenda represiva para los derechos de las mujeres y del colectivo LGTBI+. Y quien no comparta ese objetivo, avanzar e incorporar nuevos derechos al colectivo y al feminismo, no tiene cabida en este ministerio. Eso se lo dejé claro y hablé con ella en estos términos.
P. ¿Una mujer trans es una mujer?
R. Sí, por supuesto que es una mujer. Y lo reconoce claramente la ley.
P. El movimiento feminista lleva marchando por separado ya dos años. ¿Cree que este 8-M volverá a pasar?
R. Sí, es muy pronto todavía para restañar todas las heridas. Se puede trabajar y desde luego voy a trabajar en esa dirección, pero no es lo más importante para mí. Lo más importante es que el colectivo, las mujeres, todas las que se sientan concernidas por el 8-M, salgan a la calle a reivindicar la igualdad y los derechos: con distintos acentos, por la mañana o por la tarde. El feminismo es como una gran orquesta donde caben todos los instrumentos y donde lo importante es la melodía. Y esa melodía feminista tiene que ser la melodía de esta legislatura.
P. El último CIS arrojó un dato preocupante: que buena parte de los jóvenes varones se sienten discriminados ante el avance de las políticas de igualdad. ¿Está haciendo algo mal el feminismo para no poder atraer o explicarse ante los jóvenes?
R. El 44% de ellos entienden que se ha ido demasiado lejos en igualdad, es muy preocupante, pero no es el único dato. Hay uno que me me parece especialmente significativo: el 81% de las mujeres y el 77% de los hombres entiende que solamente se progresará en igualdad si vamos juntos. Esa es una clave. También es una tarea de legislatura que los hombres no se sientan atacados por el feminismo. El feminismo es igualdad y es liberador. Para las mujeres, rompe estereotipos y nos permite llegar donde queremos llegar y donde nos corresponde por derecho; pero también para ellos, no tienen por qué estar atados a un estereotipo y a la formulación de un patriarcado secular.
P. La anterior legislatura puso el acelerador en la aprobación de leyes y en la comunicación pública del feminismo. ¿Cuáles serán las líneas del Ministerio ahora?
R. Se avanzó mucho en una legislación valiente y avanzada, también en el marco de la Unión Europea. Para eso hacen falta recursos y un sentido claro de hacia dónde tenemos que caminar. Para mí, ahora mismo la prioridad pasa por reforzar el Pacto de Estado: no nos podemos permitir 58 mujeres asesinadas en 2023, tres en lo que va de año, eso pesa como una losa en la sociedad y en la democracia española. Otra prioridad que el propio presidente ha asumido como propia es la protección de la infancia contra la pornografía. Y otra es una estrategia de país contra los discursos de odio que están poniendo el foco en las minorías más desfavorecidas, y que las proteja de los ataques como consecuencia del ascenso de la extrema derecha a gobiernos autonómicos y locales.
P. El año pasado la cifra de feminicidios volvió a subir respecto a 2022, es una estadística que no termina de bajar. ¿Qué falla?
R. La gran política de Estado de este país es la lucha contra la violencia de género, la más reconocible y la más duradera en el tiempo: 20 años en los que la reducción media es de entre un 20% y un 25%. Hemos evolucionado, pero falta mucho por hacer. Si me preguntas cuál es la clave, yo diría que hay instrumentos muy potentes, pero falta coordinación, y que las mujeres sepan que no están solas y que hay toda una estructura que las protege y las puede acompañar. Que lo sepan ellas y su entorno, porque no podemos exigir que una mujer que está sufriendo terror asuma todos los riesgos de una denuncia.
P. Respecto a la violencia sexual en el mundo audiovisual, ha tenido varias reuniones con CIMA (Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales), con productoras… ¿Hay avances concretos?
R. Cuando leí la noticia [la información de este diario sobre la denuncia por violencia sexual de tres mujeres al director de cine Carlos Vermut] me entristeció profundamente, pero por otra parte me alegré. Intento explicarme: cuando hay tres mujeres que son capaces de levantar esa ley de omertá y acudir a un medio y denunciar, hay que reconocer esa valentía y ser conscientes de que es la punta del iceberg. Y también creo que es muy importante la labor periodística, esa labor de investigación que muy pocos medios pueden hacer. Desde ese punto de vista, me alegré. Ha salido a la luz una situación que probablemente todos conocíamos que podía estar ahí, y además lo ha hecho de la mano de un medio de comunicación riguroso. En el audiovisual y la industria cultural en general hay un problema, quizá por las características mismas del empleo, que es un empleo más precarizado, por la relación que se entabla entre los miembros del rodaje, y creo que hemos avanzado en las reuniones que hemos tenido. CIMA nos pedía en primer lugar un diagnóstico. Vamos a hacer con ellas un estudio profundo para conocer la dimensión del problema y a partir de ahí actuar. Y va a ser rápido, creo.
P. El Ministerio de Cultura ha anunciado que impulsará una oficina de atención a víctimas de violencia machista? ¿Puede dar algún detalle?
R. La igualdad es transversal y por lo tanto todos los ministerios están concernidos. No hay un solo ministerio que no tenga que asumir la igualdad como un objetivo. Y en ese sentido me consta que desde el Estatuto del artista, que se viene trabajando desde hace dos años, se está pensando en cómo incorporar también ciertos protocolos o elementos para garantizar espacios libres de violencias y, sobre todo, seguros para todos los trabajadores de un rodaje, o de las trabajadoras y trabajadores de una de una actividad cultural.
P. Hace dos semanas tuvo su primera intervención en el Congreso para explicar los objetivos del Ministerio para la legislatura y no hubo nada sobre la ley de trata, que estaba bastante avanzada. ¿Por qué? ¿Se ha decidido pausar la ley?
R. Es verdad. Es una ley que está en el cajón, de momento. Porque hablando con los responsables creo que no está suficientemente maduro el texto. Mientras no se avance en cuanto a técnica legislativa y se vea exactamente qué solapamientos se pueden generar con otras leyes, no vamos a avanzar. Toda la legislación en esta legislatura tiene que ir absolutamente cerrada y muy correcta desde el punto de vista de técnica normativa y jurídica.
P. ¿Lo dice por alguna ley de la última legislatura?
R. Los fallos técnicos pueden ser muy perjudiciales para la eficacia de la ley. Y una ley que no es eficaz no sirve al propósito que tiene. Hay que ser muy rigurosos desde el punto de vista técnico, jurídico, y no acudir al Parlamento si no se tiene un texto absolutamente confrontado y técnicamente correcto. Por las dificultades de la legislatura, creo que esta es más de desarrollo, es más ejecutiva que legislativa.
P. ¿Tuvo fallos técnicos la ley del solo sí es sí?
R. Bueno, tuvo que modificarse.
P. ¿Qué falló?
R. Es una ley muy buena, que pone el consentimiento en el centro de las relaciones sexuales. Creo que ese es el gran acierto, igual que es una buena ley en cuanto a lo integral, es decir, que no está únicamente pensando en el delito, sino en las relaciones y la libertad y garantizarla de forma integral y transversal. Pero evidentemente creo que se debería haber incorporado una cláusula de salvaguarda para evitar muchos de los daños colaterales que produce.
P. ¿Se refiere a las disposiciones?
R. Una disposición transitoria hubiera evitado muchos problemas.
P. También anunció que volverá a presentar el texto que el PSOE llevó al Congreso hace ya casi dos años para perseguir a los dueños de los lugares donde se explota a las mujeres, ¿en qué momento está?
R. Estamos trabajando con el Grupo Parlamentario Socialista porque va a ser una proposición de ley. Prácticamente incorpora intacto el texto que ya fue tramitado: tanto la tercería locativa, se persiguen a aquellos arrendadores de los locales donde se ejerce la prostitución, como la modificación del artículo 187 del Código Penal para ampliar la dimensión del proxenetismo. Soy una ferviente convencida de que hay que terminar con la prostitución y que una sociedad democrática no se puede permitir la prostitución porque es esclavitud para las mujeres. Soy abolicionista, como lo es mi partido, pero hay que tener una alternativa seria y sólida para 60.000 mujeres aproximadamente que hoy están en situación de prostitución. Hay que darles una alternativa. Ahí está el reto.
P. En cuanto a menores y pornografía, ¿cuál va a ser la implicación del Ministerio en la estrategia que ya anunció el Gobierno para regular su acceso?
R. Es una estrategia que el propio presidente está liderando y me parece necesario porque son muchos los departamentos y ministerios implicados. Es una demanda social amplia y lo importante es que hayamos asumido la necesidad de avanzar en esa protección. Y vamos a avanzar muy rápido.
P. En la reforma de la ley del aborto, que entró en vigor hace prácticamente un año, ¿sabe cómo va el registro de objetores de conciencia que se estipulaba?
R. Lamentablemente no se está corrigiendo el desfase temporal que habíamos detectado y ahí sí que vamos a ser también muy exigentes, porque las mujeres tienen que poder ejercer ese derecho y además lo más cerca su domicilio. Somos conscientes de las dificultades, pero también somos muy reivindicativos con la evolución y el avance de esos listados que son indispensables.
P. En cuanto a la ley trans, ¿está habiendo algún seguimiento de las medidas que estableció?
R. Se cumple un año y hemos pedido a la Dirección General que haga un balance. Pero lo importante es que no se dé un paso atrás en el avance en derechos del colectivo LGTBI+. Se está produciendo un retroceso importante en aquellas comunidades gobernadas por el PP y la extrema derecha. Estamos viendo las decisiones de [Isabel Díaz] Ayuso con las leyes de Madrid. Lo importante también es que la ley estatal está generando un paraguas en todos aquellos territorios y en todas aquellas comunidades autónomas donde se dan pasos atrás. Y donde haya comunidades como Madrid, que quieran restringir los derechos de las personas LGTBI+, van a encontrarse con el Ministerio, con el Gobierno de España y con una ley que va a proteger a todas esas personas.
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